PASTORALES SOCIALES ESPECIFICAS

PASTORAL PENITENCIARIA

CONCLUSIONES DEL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LA PASTORAL PENITENCIARIA EN CAMERUN
de Pastoralpenitenciaria Argentina, el Martes, 20 de septiembre de 2011 a las 16:52
CONCLUSIONES DEL XIII CONGRESO DE LA ICCPPC DE CAMERÚN
La ICCPPC – Comisión Internacional de Pastoral Penitenciaria Católica - tiene su origen en el primer Congreso Internacional convocado por el Cardenal Montini, futuro Pablo VI. Éste tuvo lugar en Roma con motivo del Año Santo de 1950 y en él participaron los responsables de las Capellanías de Prisión de varios países de Europa, Estados Unidos de América y de Argentina. En el año 2000, con ciento cinco países representados y asociados, la comisión preparatoria de los congresos se configura como una Asociación Pública de Fieles de la Iglesia Católica, con nuevos estatutos que mantienen la finalidad de promover la pastoral penitenciaria católica a nivel mundial. Ese mismo año, fue otorgada a la Comisión la Especial Posición Observadora en las Naciones Unidas y fue admitida en el Consejo Económico y Social de Nueva York, Viena y Ginebra. Cada dos o tres años, los sucesivos congresos han tenido lugar en diversas ciudades de varios países del mundo. La última convocatoria ha tenido lugar en Yaundé, Camerún, del 27 de agosto al 01 de septiembre, en las instalaciones de la Universidad Católica de África Central.
Uno de los mensajes que enfatizó en su ponencia el Cardenal Turkson, siguiendo la indicación de S.S. Benedicto XIII a los Obispos africanos en la segunda asamblea especial para el África del Sínodo de los Obispos, fue la necesidad de que la Iglesia buscara las estrategias, métodos y actitudes oportunas para poner en práctica lo que se iba reflexionando como teoría teológica pastoral. El testimonio de que la teoría teológico-pastoral puede hacerse realidad lo proporcionó la Hermana Sor Geneviève Uwamariya, religiosa de las Hijas de Santa María de Ruanda, quien nos relató su experiencia en las iniciativas de reconciliación entre los grupos Tutsis y Hutus de Ruanda, cuyas escalofriantes escenas de genocidio y fratricidio, que acabaron con la vida de alrededor de un millón de ruandeses, fueron divulgadas por los medios de comunicación en 1994. Ella, hija de una familia y de una comunidad totalmente aniquilada, trabaja ahora promoviendo el perdón y la reconciliación en la cárcel donde conoció y perdonó a los asesinos de su padre y demás familiares.
La aportación de la región Sur Americana, expuesta en las ponencias del representante peruano, Pbro. Bruno Maat, y del argentino, Pbro. Jorge Cuervas, se centró en la necesidad de una Justicia Misericordiosa que no pretenda únicamente solucionar el conflicto inmediato victimario-víctima, sino que se aboque a la solución del conflicto social, cuyas desigualdades son causa primaria de muchos hechos delictivos.
Las conclusiones del encuentro fueron:
Nosotros, los 130 participantes, miembros de los equipos de Pastoral de Cárceles de 55 países, viniendo de los 5 continentes, nos hemos reunido en Yaundé (Camerún) para el XIII° Congreso de la CICPP del 27 de agosto al 1 de setiembre. El tema de nuestro Congreso fue: la Pastoral Penitenciaria Católica al servicio de la Reconciliación, la Justicia y la Paz.
Al finalizar nuestro Congreso hemos adoptado la siguiente Declaración.
1- Estamos profundamente preocupados por la situación de la Justicia Penal y de las Cárceles en el mundo. En ambos casos parecen reflejar las estructuras injustas que prevalecen en nuestra sociedad. En varios países los gobiernos tratan de responder al imperante deseo de mayor seguridad de la población con el incremento de las sentencias de privación de libertad y con el endurecimiento de las condiciones carcelarias.
2- Condenamos la pena de muerte que sigue existiendo en algunos países.
3- Deploramos que los estándares mínimos de la Naciones Unidas en cuanto las condiciones de detención no se cumplen a cabalidad.
4- Observamos que, en general, las condiciones actuales en las cárceles no permiten una real rehabilitación.
5- Esta situación no sólo causa sufrimiento a los detenidos – quienes muchas veces pierden su condición y sus derechos como ciudadanos – sino igualmente a su familia. Adicionalmente la respuesta no respeta la dignidad fundamental de todos los implicados y, al mismo tiempo, no responde a las necesidades de las víctimas del crimen y de la injusticia.
6- Las cárceles parecen ser lugares de venganza y no de reforma, porque pareen funcionar bajo el prejuicio que un(a) detenido/a ya no puede cambiar más y está condenado/a a repetir sus fechorías. Sin embargo, nuestra experiencia muestra que el cambio es posible, con el apoyo de una diversidad de programas y de acompañamiento pastoral. Éstos nos parecen compatibles con el sueño de Dios para la humanidad, que no incluía las cárceles en la sociedad. Creemos en la justicia misericordiosa de Dios.
7- Creemos firmemente que cada ser humano, sin excepción o condición alguna, es hijo/a de Dios y, por ello, digno de respeto, incluso si no ha respetado la dignidad de los demás.
8- Creemos que la sociedad precisa de una verdadera Justicia, que se realiza a través de la Reconciliación, y cuyo fruto es la Paz.
9- Consideramos que nuestra Iglesia es la Familia de Dios, en cuyo seno deberían prevalecer relaciones de solidaridad y de preocupación mutua. Es por eso que creemos que la Pastoral de Cárceles debería ser una de las primeras y principales responsabilidades de la Iglesia. La Pastoral de Cárceles no podrá limitarse a la visita de los/las detenidos/as, sino que deberá luchar por una sociedad más justa, así como por el bienestar y el respeto de todas las personas involucradas. Debería preocuparse también de la reforma de la justica penal y del sistema carcelario, para que éstas puedan ser más eficaces y para que puedan respetar la dignidad humana de todos. Estamos convencidos que tenemos que preocuparnos en primer lugar de los últimos, de los menospreciados y de los perdidos, es decir, de los más vulnerables como son: niño/as mujeres, enfermos mentales, extranjeros, etc.
10- Nos comprometemos a realizar las propuestas Nro. 54 y 55 del II° Sínodo de los Obispos africanos, que se refieren al ministerio pastoral en las cárceles en cuanto a la prevención del crimen, y al mejoramiento de los sistemas de justicia penal y de las cárceles. Queremos que las cárceles sean lugares donde los hombres y las mujeres puedan rezar y reconciliarse consigo mismo, con su comunidad y con Dios. Esto será imposible si no prevalecen la justicia y el respeto de su dignidad y derechos.
11- Estando en África nos sentimos reforzados por la instrucción del Papa Benedicto XVI a los obispos africanos a transformar su teología en acción pastoral. Vemos allí también nuestra responsabilidad de asistir a nuestros obispos en su rol referido al ministerio pastoral en las cárceles.
12- Sentimos que para responder a estos desafíos tenemos que reforzar la organización de la Pastoral de Cárceles en nuestra Iglesia, así como la cooperación con las demás entidades e instituciones de nuestra sociedad.
13- Consideramos que el Año de Gracia que el Señor Jesús anunció y que preveía la liberación de los encarcelados (Lc 4,18-19) aún no ha llegado. Pero confiamos en el amor de Dios y nos ponemos en Sus manos para que, a través nuestro y a través de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, pueda trabajar para realizar la Justica, la Paz y la Reconciliación que todos anhelamos.
Yaundé 01-09-2011
De las publicaciones difundidas en el Congreso, señalamos la “Guía para los capellanes ante la tortura” (Austria, 2010); “Informe sobre Tortura, una experiencia de monitoreo de los centros de detención para la prevención de la tortura” (Brasil, 2010); “Principios Básicos sobre la Libertad y la Atención Religiosa en los Centros Penitenciarios” (ICCPPC, 2010); “ONU y UE, Recomendaciones para el trato de reclusos extranjeros” (ICCPPC, 2010).
Redactó:
P. Ponc Capell Capell
P. Penitenciaria de Venezuela

PASTORAL DE ADICCIONES
Por monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú
BUENOS AIRES, sábado, 25 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la nota emitida este viernes por el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Nacional Argentina de Lucha contra la Drogadependencia, monseñor Jorge Lozano, con motivo de la Jornada Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico de Drogas
* * *
Que el consumo de drogas ha crecido de modo sostenido en los últimos años parece ser uno de los pocos diagnósticos en los que nos ponemos de acuerdo todos los argentinos. Encuestas públicas o privadas, artículos de opinión y programas periodísticos o de investigación nos muestran cuán cerca de todos está llegando el fenómeno. Seguramente el lector conoce personalmente a alguien alcanzado por este flagelo destructor. Tal vez algún familiar, un compañero de estudio de los hijos, un vecino.
Basta para comprobarlo con mirar las esquinas y plazas de nuestros barrios, escuchar a los docentes, a las familias, a los médicos. La presencia de la droga es manifiesta, está a la vista de todos, salvo de aquellos que imitan al avestruz, que los hay en abundancia y con poder.
Se consigue fácil, muy fácil. Hay más disponibilidad porque han crecido el narco-negocio y su rentabilidad. Muchas veces nos sentimos arrinconados por las mafias que operan a "cielo abierto".
Para que esto sea posible ha habido también un importante espacio perdido -de soberanía, de seguridad ciudadana- por culpa de la corrupción y su melliza, la impunidad; una poderosa combinación. Los dineros manchados con sangre joven compran voluntades políticas, armamento, silencios, pases de libre circulación Mucho lobo con piel de cordero.
Se está mostrando, al modo de una herida abierta, la mayor vulnerabilidad de jóvenes sin horizontes, sin trabajo. Ante este caldo de cultivo propicio, y una disminución en la percepción del riesgo y el daño que provoca la droga, se dispara el consumo.
Es que funcionarios y otros referentes sociales han transmitido mensajes ambiguos y han dado curso a postulados mentirosos. Algunos ejemplos: que un porro no hace nada; que es peor un cigarrillo de tabaco que uno de marihuana; que la marihuana tiene propiedades curativas sin efectos secundarios; que con el "consumo recreativo" está todo bien, y una serie de afirmaciones sin el menor sustento científico-químico, y ni qué hablar del fundamento psicológico o antropológico. Esto ha redundado en una mayor "tolerancia social" al consumo, pero no a los adictos. A ellos se los rechaza de modo visceral. No se los quiere, no se los abraza; se los esconde o margina. Y ya sabemos qué le pasa a una sociedad cuando se avergüenza de sus jóvenes. Muchos mensajes sociales les ponen a éstos un rótulo, a modo de una lápida pesada: un delincuente, un drogón , un problema? Para nosotros, es una vida maravillosa sin un proyecto, una belleza a la que se le impide manifestarse. Jesús nos enseñó a tratar con ternura a quienes están al costado del camino.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia que, en agosto de 2009, legalizó la tenencia de drogas para uso personal ha sido interpretado por la mayoría como una aprobación de la droga, como una promoción del "derecho individual" a drogarse. Se ha producido una inoculación de veneno en la conciencia colectiva. La salud pública es un bien colectivo; no se puede invocar un derecho individual para degradarla.
Las consecuencias del consumo están a la vista los fines de semana: accidentes de tránsito, golpes por peleas dentro y fuera de los boliches y un pasaporte al delito casi como parte de esta lógica del horror. El 80% de los jóvenes que llegan al hospital han consumido alcohol o alguna droga. Otras secuelas son la baja en el rendimiento escolar y el consiguiente abandono, la degradación paulatina de la salud, la imposibilidad de mantener afectos estables y duraderos, la desintegración de la familia. Muchos de los jóvenes que se drogan viven sin un sueño, sin una razón para vivir, sin un motivo para levantarse por las mañanas. Podemos decir, sin un sentido de vida.
El aludido "derecho individual" que no afecta a terceros se hace difícil de encontrar en forma pura en estos casos; necesariamente, repercute en la familia, la escuela, la sociedad. La legislación debe abarcar a la totalidad de los jóvenes, sin discriminaciones. Es por eso que no se pueden proponer normas que busquen proteger los derechos individuales sobre la base del postulado "con mi vida hago lo que quiero", sin medir las consecuencias que esas reglas tendrán en la mayoría de los jóvenes que son pobres y están en riesgo. Algunos planteos en torno a liberar el consumo parecen ser realizados como si aquí existiera la misma realidad sociocultural que hay, por ejemplo, en Holanda, y nada más lejano de la situación de nuestros jóvenes.
Sobre esta cuestión se organizó una audiencia pública en la Cámara de Diputados de la Nación el miércoles de la semana pasada. Se invitó con bastante tiempo a quienes tienen postura favorable a la liberación del consumo; sin embargo, se avisó con muy poca anticipación a quienes tienen posturas diversas: curas villeros, organizaciones de madres, iglesias, responsables de comunidades terapéuticas. No pretendemos privilegios, sino tratamiento igualitario a la hora de participar. Esta forma clara de prejuicio ideológico poco ayuda a la democracia. Es una pena, porque con varios legisladores hemos tenido buen nivel de diálogo en otras oportunidades.
Algunas propagandas no ayudan para nada. Generan una especie de burbuja fantasiosa que promueve que el que toma tal cerveza o tal whisky es un ganador, tiene "las mejores minas", se divierte con alegría, siempre está con amigos sonrientes.
Unos cuantos dirigentes importantes no suelen tener posturas rotundas y firmes. ¡Qué bueno sería que la señora presidenta de la Nación dijera con claridad que drogarse hace mal! ¡Que los narcotraficantes comercian con la vida de los jóvenes, la felicidad de sus familias, la seguridad de todos! ¡Qué necesario es escuchar estos mensajes de los candidatos a diversos cargos en las próximas elecciones!
A veces me preguntan si pienso que de verdad se pueden erradicar las mafias del narcotráfico. Y yo respondo que sí, y menciono dos casos que lo muestran, salvando las distancias.
En las décadas del 40 y el 50 en Chicago y otras ciudades de Estados Unidos se combatió con firmeza a las mafias. En Italia, más cerca de nuestros días, se avanzó mucho en desmantelar la organización de la Camorra. ¿Qué hizo falta? Decisión, coraje, hablar claro, compromiso ético y una gran cuota de heroísmo. Es cierto que murieron jueces, policías, políticos. ¿Pero ahora no hay muerte? Sí que la hay. Y también hay heroísmo ninguneado y burlado. Varias veces he escuchado de hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad que arriesgan la vida en tareas de investigación, y cuando dan con algún "pez semigordo" vienen órdenes de estratos superiores para frenar el procedimiento, o para que los detenidos vuelvan a la calle en poco tiempo. La corrupción pica bien arriba en las estructuras de la sociedad.
No son tiempos de compromisos tibios con la verdad y la justicia. No bastan adhesiones "testimoniales". La vida presente y futura de niños, adolescentes, jóvenes y adultos está en serio riesgo. Martin Luther King decía: "Lo que me preocupa no es el grito de los malos sino el silencio de los buenos".
El domingo es el día instituido por las Naciones Unidas para concientizar acerca de las consecuencias del narcotráfico y el consumo de drogas. Es bueno aprovechar la fecha para formularse esta pregunta: ¿a quién le doy permiso para que entre en mi vida? Es momento de hablar en casa, en la escuela, en la sociedad. En la Argentina que soñamos no sobra nadie.
CARITAS
CÁRITAS MENDOZA en PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE LA RED DE ORGANIZACIONES SOCIALES POR EL DERECHO A LA EDUCACIÓN


Cáritas Mendoza, presente en encuentro nacional de educación

El Ministerio de Educación de la Nación, junto a Cáritas Argentina, Fundación SES y Fundación de Organización Comunitaria organizan el Primer Encuentro Nacional de la Red de Organizaciones Sociales por el Derecho a la Educación. El evento, que tendrá lugar el 15 y 16 de julio en Parque Norte –Bs. As.- contará con la presencia de más de 1500 asistentes de distintos puntos del país que trabajan en el marco del Plan de Inclusión Educativa Emaús. Con el acompañamiento de dos ATL’s –Asistentes Técnicos Locales- viajarán desde Mendoza cerca de 40 jóvenes “Mochileros” que participan del Plan durante todo el año, trabajando en comunidades pobres y vulnerables de la provincia.

La dinámica del encuentro consistirá en compartir diversas experiencias de trabajo llevado adelante en Argentina, con el fin de realizar aportes a un proyecto nacional de educación para los próximos años en los niveles inicial, primario y secundario. Se dará espacio a la voz y la mirada de los más humildes, para discutir sobre la educación actual y plantear desafíos futuros. Además, se brindarán talleres sobre: Murgas y/o grupos de teatro sobre el Derecho a la Educación, Jóvenes Mochileros y la constitución de grupos de música.

Mochileros en Mendoza

El Plan de Inclusión Educativa Emaús comenzó en 2007 por iniciativa de Cáritas Argentina y es un abordaje territorial que promueve espacios de educación no formal para el conjunto de integrantes de un territorio: niños, niñas, adolescentes, madres y padres y adultos mayores. Una de sus concretizaciones es la puesta en práctica de acciones a través de los Mochileros. En nuestra provincia, este grupo está constituido por jóvenes de diferentes parroquias, que llevan consigo una mochila con títeres, juegos didácticos, libros, instrumentos musicales y disfraces para utilizarlos en encuentros semanales con los niños de sus comunidades, para realizar actividades educativas no formales.
Las experiencias son distintas de acuerdo a la realidad de cada lugar, pero para todos ellos constituye un espacio de encuentro alegre, crecimiento mutuo y superación. A la vez, una oportunidad para demostrarse a sí mismos y a los niños la importancia de la vida y la posibilidad de ser mejores cada día, transformando su cotidianeidad por medio del amor.-

 Leandro A. Amoroso
Referente de Prensa y Comunicación
Cáritas Mendoza
156353459

Contactos:
.- Mgter. Andrés Marsala –Director de Cáritas Mendoza-. Tel: 155587816
.- Pbro. Hugo Astudillo –Vicepresidente de Cáritas Mendoza-. Tel: 155732418


CÁRITAS ARQUIDIOCESANA MENDOZA
Beltrán 1710 Godoy Cruz – Mendoza – CP 5501 - ( 0261 – 4240907 / 4242973
Email mendoza@caritas.org.ar


Cuadro de texto:                   GACETILLA DE PRENSA – 21 de setiembre de 2011


VII Encuentro de Voluntarios de Cáritas Mendoza

El próximo 24 de setiembre, Cáritas Arquidiocesana Mendoza convocará a 500 voluntarios en su Encuentro General de Voluntarios. El evento tendrá como sede el Colegio Casa de María –San Isidro 1406, Rivadavia-, que abrirá sus puertas desde las 8 hs para recibir a quienes colaboran en las tareas de Cáritas durante todo el año, en las distintas parroquias, capillas y centros de Mendoza.
Durante la jornada, se desarrollarán diversos talleres que apuntan a la organización y motivación de los voluntarios y su participación fundamental en la construcción del bien común, como así también habrá espacios para debatir acerca de la realidad social para profundizar en temáticas relacionadas con los problemas que afectan a los sectores más vulnerables. A la vez, se podrá conocer el trabajo que realizan las Cáritas parroquiales de Mendoza en la ExpoCáritas.
Más de un millón de pesos en la Colecta Anual
Aprovechamos la oportunidad para agradecer a la comunidad mendocina sus aportes en ocasión de la Colecta Anual de Cáritas y anunciamos que la recaudación total en la Arquidiócesis llegó a $ 1 053 500,  lo que nos indica un incremento de 67,52% de acuerdo a la Colecta 2010. Este monto se divide en tres partes: una de ellas se destina a Cáritas parroquial, otro a Cáritas Arquidiocesana y el tercero a Cáritas Argentina, las que se aplican en diversas tareas y proyectos, de acuerdo a la necesidad.



 







Agradecemos su difusión

Leandro A. Amoroso
Referente de Prensa y Comunicación
Cáritas Mendoza
261- 156353459
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.- Mgter. Andrés Marsala –Director de Cáritas Mendoza-. Tel: 261-155587816
.- Pbro. Hugo Astudillo –Vicepresidente de Cáritas Mendoza-. Tel: 261-155732418